La respuesta social a un problema que afecta a los jóvenes o a los mayores.
-Artículo iberdrola.com-
Compartimos coche para viajar y también casa para vivir. El cohousing o vivienda colaborativa, que es un concepto previo a la era del sharing, es un modelo de gestión inmobiliaria horizontal, antiespeculativo, sostenible y popular en Estados Unidos o los países nórdicos donde las personas viven en comunidad y comparten espacios y servicios básicos.
La escasez de suelo, la subida de los precios, el estancamiento de los salarios o la inestabilidad laboral son fenómenos comunes a cualquier lugar del mundo que dificultan o imposibilitan en muchos casos el cumplimiento de un derecho universal: el acceso a una vivienda digna. Esta tendencia podría dejar un escenario alarmante para 2030, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) prevé que harán falta 96.000 nuevas viviendas al día para alojar a los 3.000 millones de personas que necesitarán un hogar —el 40% de la población mundial—.
¿QUÉ ES EL ‘COHOUSING’?
La vivienda colaborativa —o cohousing— es la respuesta social a un problema que afecta, sobre todo, a grupos vulnerables como los jóvenes o los mayores. Este sistema nació en la Dinamarca de los años 60 y combina diferentes soluciones arquitectónicas con los principios de vida comunitaria, cooperativismo y propiedad colectiva.
En el cohousing un conjunto de individuos se une para vivir en comunidad en torno a un proyecto de vivienda común y autogestionada. Entre todos diseñan el espacio de acuerdo a las necesidades del colectivo, con hogares independientes y zonas compartidas como la cocina, el comedor o las zonas verdes. Además, comparten servicios esenciales como la limpieza, la jardinería o el cuidado de los niños.
El cohousing suele partir de un grupo reducido de personas con los mismos intereses, objetivos y filosofía de vida. El núcleo de esta comunidad intencional establece primero las bases de la convivencia y deja para más adelante, una vez se configura el grupo definitivo, aspectos como el modelo organizativo, las opciones reales del proyecto o la fórmula financiera para desarrollarlo.
‘COHOUSING’ PARA MAYORES Y OTROS COLECTIVOS
El Foro Económico Mundial (WEF) reconoce los beneficios sociales, económicos y medioambientales de la vivienda colaborativa, un modelo más inclusivo y sostenible que facilita la convivencia, la cooperación y el uso responsable de los recursos naturales y energéticos. Vivir en comunidad también es una alternativa contra la soledad que afecta, sobre todo, a las personas mayores y a aquellas que sufren discriminación, como ocurre en algunos países con los colectivos LGTBI.
El cohousing para mayores es uno de los más populares, pero no es el único ya que este modelo resulta idóneo para grupos de amigos que quieren vivir juntos y establecer un proyecto común, personas que cuentan con recursos limitados, personas con alguna discapacidad o con tratamientos crónicos, colectivos con unas necesidades específicas de espacio, luz o acústica, etc.
VIVIR EN COMUNIDAD: FÓRMULAS PARA CONSEGUIRLO
La forma más frecuente de propiedad en el cohousing es la cooperativa de viviendas con cesión de uso. Esto significa que el inmueble pertenece a la comunidad, pero que sus habitantes tienen derecho a vivir en él y a utilizar los espacios comunes de por vida. Este usufructo vitalicio se puede dejar en herencia o venderse a través de la cooperativa, facilitándose así los cambios de residencia.
Lo más habitual es que las comunidades de cohousing adquieran un terreno y construyan, pero no todas lo hacen así. Algunas alquilan inmuebles vacíos y alcanzan acuerdos con los propietarios para habitarlos. En ambos casos la cooperativa asume todos los gastos derivados del proyecto —como la hipoteca, el alquiler o el mantenimiento de los espacios— con las aportaciones de los socios.
También existen promotoras de cohousing como la alemana Medici Living Group con más de 35 proyectos construidos en Europa y Estados Unidos, o las estadounidenses WeLive, Common y Ollie. A nivel internacional existen modelos de viviendas colaborativas y tendencias arquitectónicas que varían según el país y reflejan las preferencias de cada sociedad:
Dinamarca
Prevalecen los cohousing con servicios comunes centralizados en un mismo bloque, que puede ser independiente o estar integrado con los demás edificios.
España
Predominan los cohousing para mayores con viviendas que no superan los 80 m2 y disponen de habitación, cocina y baño.
Estados Unidos
Lo normal es que la vida comunitaria transcurra en un edificio independiente y aislado del resto.
México
El cohousing no es tan habitual en este país como en otros, pero está surgiendo como alternativa residencial para las personas mayores.
Reino Unido
La mayoría de las comunidades son mixtas, su tamaño varía entre las 10 y las 40 viviendas, y las zonas de uso colectivo se concentran en un edificio aparte.
Suecia
Es habitual que los espacios comunes ocupen una o varias plantas en bloques de distintas alturas.