Con el paso del tiempo la fachada de nuestro edificio se va deteriorando. Para que esto no suceda debemos hacer una buena labor de mantenimiento.
El mal estado de la fachada no es solo una cuestión de estética, puede provocar problemas más serios como la seguridad del edificio, la aparición de humedades, condensaciones o perder efectividad energética.
Debemos limpiarla cada cierto tiempo, con ello podremos ir viendo el estado en que se encuentra. Es recomendable hacer una limpieza una vez al año.
Hay que comprobar que no se produzcan desconchados en los ladrillos, puntos blancos en el centro, en fachadas de obra vista. Si observamos este tipo de desperfecto debemos acudir a una empresa especializada en fachadas. En fachadas estucadas la inspección deberíamos hacerla cada cinco años.
También tenemos que revisar los elementos metálicos de la fachada, haciendo inspecciones para ir viendo el estado en qué se encuentran. Cada cierto tiempo también es conveniente pintar la fachada, y revisar el estado de balcones, persianas, toldos …
Y repasaremos si aparecen huecos, grietas o cualquier tipo de hendidura.