Alquilar una vivienda a veces no es tan sencillo como parece, pues debemos tener en cuenta que pueden surgir problemas con los inquilinos.
Retrasos en el pago, impago del alquiler mensual, desperfectos, etc. De ahí que tengamos la opción de contratar un seguro de alquiler como una forma de protección ante éstos posibles problemas y que un propietario de una vivienda no tenga por qué renunciar a poder alquilar su vivienda sin tener que tener miedo cada mes a lo que pueda pasar.
Estos seguros de alquiler nos pueden proteger ofreciendo una gran cantidad de coberturas; protección ante impagos, defensa y reclamación en contratos de arrendamiento, reclamación en contratos de reparación y mantenimiento, defensa de los derechos relacionados con la vivienda, defensa de responsabilidad penal, indemnizaciones por daños, robo y asistencia jurídica.
La cobertura de la protección ante impagos es una de las coberturas más interesantes, ya que asegura al arrendador cobrar la cuota pactada con los arrendatarios.
Contratar un seguro de éste tipo nos puede llegar a garantizar que pase lo que pase con nuestra vivienda, estará protegida ante cualquier circunstancia de las indicadas en el contrato, ofreciendo así una mayor seguridad y tranquilidad.
Aunque un futuro inquilino nos parezca perfecto hay ocasiones en que podemos equivocarnos y si disponemos de un seguro que nos proteja ante esto, es bueno tenerlo en cuenta.
